Estudiantes de la Universidad de Princeton jugaron un juego llamado «ballown» desde 1820. En 1827, una tradición de Harvard conocida como «Lunes Sangriento», comenzó. En 1860, tanto la policía de la ciudad como las autoridades de la universidad acordaron que el lunes sangriento tenía que parar. Las autoridades se mantuvieron firmes y tuvieron que pasar una docena de años antes de que el fútbol se pudiera jugar de nuevo en Harvard.