También el Sporting de Gijón, con jugadores asturianos (Quini, Cundi, Mesa, Joaquín) y algún refuerzo como Enzo Ferrero, entrenados por Vicente Miera y por Díaz Novoa logra un subcampeonato de Liga y dos de Copa, aunque pasará una agónica temporada 81-82 en que roza el descenso. La Real Sociedad protagoniza tres temporadas mágicas (un récord de imbatibilidad casi insuperable y dos títulos de Liga): un equipo de canteranos construido por Alberto Ormaetxea a partir del portero Luis Arconada y defensas como Celayeta, Górriz y Gajate resulta imbatible, mientras asientan las victorias los Periko Alonso, Zamora, Satrústegui y López Ufarte, aunque una plantilla limitada queda exhausta a partir del intento de abordar la Copa de Europa de 1983. Curiosamente, la misma fórmula servirá los dos años siguientes al otro equipo vasco, el Athletic de Bilbao: Javier Clemente dirige jugadores salidos de Lezama, defensas contundentes como Goicoechea, Núñez y Liceranzu, el joven portero Zubizarreta, el equilibrio que aporta De Andrés y dos históricos delanteros, Manolo Sarabia y Daniel Ruiz-Bazán; alcanzan un legendario doblete pero no lucen palmito en Europa.