Dos teletubbies, pelotas, corazones, ojos, la inscripción latina Ubi tu Gaius, ibi ego Gaia (un juego de palabras que en latín le dedicó a su hija Gaia para jurarle que donde ella está, estará él). Determina si hay un límite de tiempo o si el juego continúa hasta que se alcanza una determinada puntuación u objetivo. Queda poco más de una semana para que empiece la Eurocopa de Francia y vamos a aprovechar hoy para recordar algunas de las camisetas que ha llevado la selección española a lo largo de su historia. Ya te digo que me encanta, pero este post publicitando las camisetas me parece nefasto. Y en muchas ocasiones, denuncia el informe, los jefes de las fábricas presionan a los trabajadores antes de que sean entrevistados por los auditores para que den información falsa. Scott Nova, director ejecutivo del grupo por la defensa de los trabajadores con sede en Washington, Worker Rights Consortium.

Concentra los más oscuros en el pliegue del párpado y resalta la parte interior del ojo con un poco de blanco. En la nueva elástica, que se pondrá a la venta a partir del próximo jueves, destaca el predominio del color azul, que se combina con unas franjas verticales rojas que se van ensanchando en la parte central. Para mucha gente debería estar exhibida en el MOMA de Nueva York. Entre ellas, Walt Disney, la compañía con mayor volumen de ventas a través de licencias del mundo (aunque solo el 1% del total están en Bangladesh), que, según informó The New York Times, anunció su salida a principios del pasado mes de marzo, tanto de Bangladesh como de Pakistán. EN ESPAÑOL a MENOS QUE SU LABOR CONSISTA PRECISAMENTE EN EL ACTIVO DETERIORO DE LA LENGUA QUE TANTO ODIAN.¡ Más de un tercio de la población vive con menos de un dólar al día, nivel considerado el umbral de la pobreza extrema. Hoy en día, el negocio de las camisetas de fútbol está totalmente bipolarizado por dos gigantes: Nike y Adidas.

Lo malo de comprar camisetas NBA en Aliexpress es que las devoluciones son una completa odisea. Nueve organizaciones de consumidores europeas, entre las que se incluye la española Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), han recopilado una gran cantidad de información procedente de las propias empresas textiles y de fuentes independientes, como ONG e institutos de investigación, con el objetivo de valorar el nivel de responsabilidad social de algunas de las cadenas de venta de ropa más conocidas de Europa. La llamada RSC es el concepto que resume los compromisos éticos y sociales que deciden adoptar las empresas. También se tiene en cuenta la necesidad de contratos de proveedores con una buena financiación y que fijen unos precios justos, y un contrato vinculante para que se cumplan estos compromisos. La autora cuenta sus vivencias con sus hijos adolescentes, lo que incluye si compran camisetas o comen lentejas. «Me he comprado unas camisetas guapísimas, ya verás. Para camisetas «guapas», únicas, artesanas y solidarias… No olvides que en muchos sentidos las camisetas de futbol son de mucha utilidad para la práctica de este deporte favorito. Escribe todas las reglas que se necesiten para que el deporte funcione. Además, las ONG, los sindicatos o las asociaciones de mujeres, no son siempre escuchados en esas auditorías.

El mencionado informe de la campaña Ropa Limpia indica, en este sentido, que aunque muchas empresas realizan auditorías y presentan certificados, la información que proporcionan sobre el nivel de cumplimiento de las recomendaciones de seguridad y sanitarias en sus fábricas, no es fiable. El plan incluye también mayor poder para los sindicatos, tanto en la supervisión y como ejecución del acuerdo, incluida la creación de comités de seguridad compuestos por personas trabajadoras. Según indica la OCU, la práctica de subcontratar la producción en países en desarrollo está generalizada en todas las empresas, «pero mientras que algunas han desarrollado códigos de buena conducta para sus proveedores y se ocupan de que se pongan en práctica, otras se desentienden de lo que ocurre en sus cadenas de producción, tanto desde el punto de vista social como medioambiental». ¿Deberían irse las empresas de estos países? Y cuando los pocos inspectores disponibles advierten infracciones, las multas que se fijan en virtud de esta norma «son insuficientes para instar a los empresarios a cumplir las reglamentaciones». Según cifras de este organismo, en 2011 el país contaba solo con 93 inspectores para casi 25.000 fábricas en todo su territorio.

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